Navegando un buen día por
internet, uno de los pasatiempos más recurrentes en jornadas de tedio, me topé
con un buen puñado de afirmaciones que la mayor parte de los ciudadanos de a
pie desconocen, pero que, por su relevancia, deberían constituir materia de
estudio en las escuelas o ser debidamente analizadas en los medios de
comunicación de masas. Por ello, en una nueva y encomiable demostración de
civismo, me he propuesto convertir mi humilde tribuna de opinión en altavoz de
estas verdades que muchos descreídos llaman supersticiones. Estad atentos,
pues, porque muchas de estas afirmaciones podrían cambiar vuestras vidas.
- Si colocas elefantes de espaldas a la puerta en
números impares, atraerás buenas cosas para la gente que vive en la casa.
Tarea harto difícil para
aquellas personas que no vivimos en el continente africano, no disponemos de
una grúa capaz de levantar animales de gran tonelaje, no tenemos ningún amigo
domador de circo y no vivimos en una mansión de 3000 metros cuadrados. Eso sí,
si por un casual logras solventar todos los problemas logísticos y meter tres
elefantes en tu casa (hay que ir a por todas, un elefante es una racanería y cinco,
un alarde innecesario) gozarás de una suerte infinita. Creo que el esfuerzo
merece la pena.
- Quien se corte las uñas en lunes nunca sufrirá
dolor de muelas.
Extraordinario apunte. Y muy
útil en tiempos de crisis, ya que si, además, consigues aprender a extraer tus
molares atándolos con un hilo al picaporte de una puerta, te ahorrarás acudir
al dentista. Ya es conocido el don de la oportunidad del que suelen hacer gala
los miembros de la profesión odontológica. Debido a algún tipo de misterio aún
no resuelto, siempre hacen su aparición en épocas en las que las cuentas
corrientes llegan raspando a los tres dígitos. Merece la pena, pues, esperarse
al lunes para cortarse las uñas, siempre y cuando no se tengan las de las manos
como las mujeres de “Los Soprano” y las de los pies hagan surcos en el suelo. Ante
todo hay que tener sentido común y gusto por la estética.
- Cortarse las uñas en los días que tienen erre
(martes, miércoles y viernes) genera padrastros.
Esta sentencia viene a
corroborar que el día idóneo para cortarse las uñas es el lunes. Ya no hay más discusión.
Hagamos un hueco al comienzo de la semana para el cuidado de nuestros pies y
manos y, no sólo no tendremos problemas dentales sino que, además, luciremos
unos dedos fantásticos, libres de esos molestos y dolorosos padrastros. Apuntado
queda.
- Si quieres evitar visitas que no deseas en casa,
deberás colocar una escoba detrás de la puerta, pero si éstas ya han llegado,
deberás colocar un vaso con agua tapado con un plato, para que así se vayan
cuanto antes.
Con estos sencillos
consejos, acabarás para siempre con la sonrisita forzada, el bostezo descarado
y las socorridas frases “es que mañana trabajo…” y “es que hoy he trabajado…”,
artimañas que, sabiamente utilizadas, siempre logran que las visitas abandonen
tu hogar sin rechistar y con cara de pena. Ya no será necesario actuar más. Si
tu pareja te comenta: “Hoy vienen a cenar Fulanito y Fulanita”, no tienes más
que levantarte y, con toda la tranquilidad del mundo, colocar una escoba detrás
de la puerta para que no aparezcan esa noche. Y si, pese a todo, la pareja
Fulanita ya está cómodamente instalada en tu sofá, excúsate un momento, ve a la
cocina y tapa con un plato un vaso lleno de agua. Tus cansinos huéspedes se
evaporarán como por arte de magia. Más limpio y más económico, imposible. No tendrás
ni que acercarte a la puerta para despedirlos.
- Doblar la servilleta usada o guardar una servilleta
en su servilletero al final de una comida quebrantará una amistad.
Mucho cuidado con esta
simple acción. Años y años de buenos momentos compartidos, de apoyo en las
malas rachas, de risas y de juergas, pueden irse al garete con un único gesto.
Las personas con una exagerada tendencia al orden son las víctimas más
vulnerables. Por contra, aquellos sujetos que dejan las cosas de cualquier
manera porque están firmemente convencidos de que cuentan con raciocinio y se
colocan solas, conseguirán los lazos de amistad más firmes y duraderos.
- Si una persona come directamente de la olla, lo más
probable es que llueva el día de su boda.
Perfecto. Las monjitas
clarisas se acaban de quedar sin huevos para sus postres. Una lástima, pero, si
quieres asegurarte de que no llueva el día de tu boda, lo único que tienes que
hacer es no probar tus guisos directamente del recipiente de cocción. Si están
sosos, que se echen sal. Y si están muy sabrosos, que beban agua, que es sana,
barata y ayuda a limpiar el riñón. Lo importante es que el sol luzca radiante
el día de tu boda y no tengas que oir hasta la saciedad aquello de “Novia
mojada, novia afortunada”.
- La mujer que siga el vuelo de una mariquita, dará
con el hombre ideal.
Otro consejo útil y
necesario. El hombre ideal no sé si lo encontrarás, pero correr como un pollo
sin cabeza en pos de una mariquita causará en tu cuerpo una masiva quema de
calorías, dotando a tu figura de curvas firmes y libres de grasa y celulitis.
El príncipe azul que toda mujer sueña con encontrar desde niña se convierte en
la excusa perfecta para una sesión de “running” improvisado que te aportará
múltiples beneficios.
(CONTINUARÁ…)