martes, 19 de agosto de 2014

Consejos para una primera cita

Regreso de nuevo a mi espacio, largamente olvidado, analizando un artículo muy interesante que tuve el placer de leer el otro día en una de esas revistas "femeninas" que tantos buenos consejos nos dan siempre. Sí, sí, no miréis hacia otro lado ni pongáis cara de "yo no leo revistas de ese tipo, sólo ensayos y poesía de principios del siglo XX". Todas (y todos) hemos caído en algún momento de nuestra vida en las garras de tan amenas lecturas. Sobre todo en verano…

El artículo en cuestión se denomina “Anatomía de una cita” y versa, efectivamente, sobre las primeras citas. El titular no es un prodigio de originalidad, pero debemos admitir que cumple con su cometido y no es nada engañoso.

El primer consejo que nos ofrece la redactora tiene que ver con nuestro atuendo. Bajo el título “Un outfit para triunfar”, encontramos varios apuntes de interés:

- Ojo con estrenar zapatos, te pueden amargar la noche.

Sabio consejo, desde luego. No hay nada tan insoportable como un dolor de pies. Unas buenas chanclas de piscina o las zapatillas con las que sales a hacer deporte (esas que puedes usar sin ningún tipo de problema para ser vista si se te avería el coche por la noche) son igual de válidas.

- No arriesgues con nada muy sexy ni súper fashion para impresionarle.

- Apuesta por un look natural. Y por la noche, un vestido negro siempre triunfa. Tampoco se trata de parecer un arco iris.

- Cuidado con llevar muchos accesorios. Como collares, pendientes extralargos o anillos, la sencillez es una buena primera impresión.

Totalmente de acuerdo con estos tres puntos. Viste como una monja de clausura o como si asistieras al funeral de tu tía abuela, no sea que al muchacho se le quemen las córneas con el color de tu vestido. O haya desarrollado una extraña alergia a los tejidos estampados. O tenga un trauma infantil con M.A. y toda mujer con algún tipo de complemento encima le provoque alucinaciones. Y, ya puestas, ¿por qué no acudir con ropa cómoda? Sí, con esas prendas holgaditas que sueles comprarte añadiendo siempre la muletilla “total, si es para estar por casa”. Triunfar no sé si triunfarás, pero podrás ponerte como el tenazas y a sencilla no te ganará nadie.

También resulta muy importante qué comer esa noche. El artículo nos invita a descartar manjares como “espaguetis con tomate, hamburguesa con queso y cosas picantes”, y, sin embargo (dato a tener en cuenta) no menciona el alioli ni los derivados del ajo. Además, anima a abordar en la conversación “temas cotidianos que te permitan conocer a la otra persona”, como “a qué se dedica” y “qué le gusta hacer en su tiempo libre” (dos asuntos novedosos de los que ya nos informaba de forma clara, sencilla y con música José Luis Perales).

En otro apartado denominado “SOS dating 911” (aquí podemos observar dónde empleó la redactora el desgaste neuronal que se ahorró en el titular), enumera una serie de situaciones “catastróficas” que te pueden arruinar la noche. Por ejemplo:

- Te dice que le recuerdas mucho a su hermana. Contra eso no puedes hacer nada. Prepárate la excusa que le vas a dar y lárgate rápido.

Mujer, por lo menos te ha dicho que le recuerdas a su hermana y no a su abuela. No obstante, si te ha ofendido demasiado el comentario, mi consejo es que te termines la cena y luego te largues. Que las penas siempre son menores con el estómago lleno. Y con un buen postre.

- Te dice que echa mucho de menos a su ex. No hagas de psicóloga aficionada y vete a casa.

Ahí ya te puedes marchar sin ningún problema, pero, lo dicho, aprovecha y cena. Como si no hubieras comido en tres días. Y si puedes representar una escena consistente en darte cuenta en ese mismo momento de que te has dejado el monedero en casa, mucho mejor.

- Aparecen sus amigos. Lo más probable es que él les haya mandado un SOS pidiéndoles que aparezcan por sorpresa. Está claro que sobras.

Bueno, quién sabe. Lo mismo alguno de sus amigos es más interesante que él. Yo no me iría tan alegremente.

- Aparece vestido para el fútbol. Con bermudas, chanclas, camiseta con flores y gorra del Real Madrid. A no ser que tú hayas hecho lo mismo, no es tu opción.

No es tu opción y vestirse de semejante forma tampoco lo es para una persona que suele ir al fútbol. ¿Bermudas? ¿Chanclas? ¿Camiseta con flores? Aparece vestido para irse derechito a Benidorm después de la cena, no para ir al fútbol.

Por último, se nos indica cómo huir si comprobamos que la cita no da para más. Veamos:

- Él no es como creías y tú parece que tampoco eres su media naranja. Ahí va una excusa: “Lo siento pero mañana tengo que madrugar. Sí, ya sé que es sábado, pero es el día de la semana que aprovecho para salir a correr o desayunar con mis amigas”.

Bien. La excusa, en estos tiempos que corren, es hasta inverosímil. Utiliza algo más creíble: “Lo siento pero mañana tengo que madrugar. Sí, ya sé que es sábado, pero trabajo como dependienta/ teleoperadora/ camarera/ redactora/ diseñadora gráfica, etc, etc, y los sábados TAMBIÉN tengo que currar. A veces, hasta doblo, fíjate tú qué rareza, y me paso el día entero trabajando. Y, no te lo vas a creer, pero también trabajo los domingos. Y puedo estar hasta quince días seguidos sin librar…”.